¿Qué es la literatura?
Puede
considerarse a la literatura no tanto como una cualidad o un conjunto de
cualidades inherentes que quedan de manifiesto en cierto tipo de obras, sino
como las diferentes formas en que la gente se relaciona con lo escrito. No hay
absolutamente nada que constituya la esencia misma de la literatura. Este
término se refiere al papel que desempeña un texto en un contexto social, a lo que
lo relaciona con su entorno y a lo que lo diferencia de él, a su
comportamiento, a los fines a los que se puede destinar y a las actividades
humanas que lo rodean.
Los géneros literarios.
·
Lírica.
Es el género literario en el que el
escritor expresa sus sentimientos. El verso suele ser el medio
expresivo más utilizado.
EL GALLO DESPERTADOR
Kikirikí,
estoy aquí, decía el gallo Colibrí.
El gallo Colibrí
era pelirrojo, y era su traje de hernoso plumaje.
Kikirikí.
Levántate campesino, que ya está el sol de camino.
—Kikirikí.
Levántate labrador,
despierta con alegría, que viene el día.
—Kikiriki.
Niños del pueblo
despertad con el ole, que os esperan en el «cole». El pueblo no necesita reloj, le vale el gallo despertador. |
Gloria Fuertes
|
·
Narrativa.
Género literario en el que escritor
cuenta hechos que suceden. El medio expresivo que más se utiliza es la prosa.
Instrucciones
para dar cuerda a un reloj
Piensa
en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una
cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que
los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo
con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que
te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible
es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo,
algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su
correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la
necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para
que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en
las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio
telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se
te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una
marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los
demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen
para el cumpleaños del reloj.
Julio
Cortázar, Cuentos Completos 1996.
·
Dramática.
Es el género literario en el que se
representa la realidad a través de unos personajes que cuentan los que hacen o
piensan a través del diálogo.
El hombre de las mil puertas
Acto único
Personajes:
Lalo Chamba
Desconocido
Lalo Chamba
Desconocido
Sobre la oscuridad escénica se dibujan los relieves de una mesa de diseñador, un perchero, una pizarra con bocetos pintados con tiza de colores, un maniquí de alta costura, un piano. Equipaje sin cerrar: un baúl y maletas repletas de ropa. Lalo Chamba, abstraído en su mecedora blanca, saborea una copa de Jerez y en sus párpados hay aleteos de somnolencia. Algo después el timbre de la puerta lo saca de su sopor, pestañea y observa al público.
Lalo Chamba: Ustedes habrán oído hablar de mí, de Lalo Chamba ¿Les suena, eh? (Pausa.) La colección de otoño que se exhibirá en Venecia está a la puerta. (Se oye de nuevo el timbre, aunque él sigue bebiendo a sorbos su Jerez.) En la ciudad de los canales se reunirán las top models planetarias (Colma su pipa de tabaco.) Mi sueño era revolucionar esa pasarela con mi propuesta de colores fríos. Mi mente sólo pensaba en la colección de otoño que exhibiría en Venecia (Timbre musical.) Pero estoy seco, ¡Dios! Quería barrer con mi repertorio de faldas cortas, con vuelo, plisadas, y estoy vacío, sin chispa.
(Se oye de nuevo el timbre de la puerta. Bebe, y en ese momento bajo una luz cenital surge un individuo con mirada de murciélago, huesudo, trajeado de gris y tocado con un bombín.)
Desconocido: Mi dedo se fatigó de apretar el timbre y...
Lalo Chamba: ¿Quién es usted?
Desconocido: (Ofreciendo una tarjeta color rojo.) Diplomado en puertas, señor.
Lalo Chamba: ¿Diplomado en qué?
Desconocido: Experto en ofrecer puertas
Lalo Chamba: ¿En ofrecer qué?
(El diseñador enciende su cachimba con gesto calmado mientras avanza hacia el proscenio.)
Lalo Chamba: Naturalmente le informé que en mi estudio no faltaba ninguna. Además, ¿cómo se atrevía a importunarme? ¿Y para qué diablos quería yo una nueva puerta?
Desconocido: Hoy más que nunca se necesitan puertas, de veras, no arrugue el ceño, ¿o acaso cree haberlas franqueado todas?
Lalo Chamba: (Volviéndose.) ¿Cómo sabe que arrugo el? ¿Y porqué le dejó entrar el portero de la finca?
Desconocido: Muy fácil. Le vendí una puerta.
Lalo Chamba: ¿Qué puerta?
Desconocido: La que permitía el acceso a usted.
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